El vídeo, que se puede ver a continuación, comienza inocentemente con Justin Bieber hablando. Después de unos segundos de conversación, alrededor del 0.11, baja la voz hasta un susurro, y explica con un brillo diabólico en sus ojos: "Vamos. Kenny está durmiendo. Así que voy a...".
Su voz se apaga, Justin avanza de puntillas hacia Hamilton, que duerme en una silla. El Biebs entonces procede a pegarle una bofetada después de lo cual, él grita maliciosamente: "¡Nunca digas nunca!" Hamilton se queda mirando atontado con una expresión que parece decir: "¿Qué diablos acaba de pasar?"
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