¿Cuántos jóvenes músicos suben sus videos a YouTube con la esperanza de ser descubiertos por el mundo? Miles, tal vez millones. ¿Cuántos logran el objetivo? Los dedos de la mano bastan para contarlos. Uno de esos niños con la suerte tatuada es Justin Bieber, la joven promesa del pop canadiense.Tiene 16 años, y hace apenas dos era un completo ignoto. Un adolescente común al que le gustaba cantar y comenzó a llamar la atención. Allá por 2007 su madre le dio un empujoncito, colgando unos videos en los que Justin se lucía interpretando temas de Usher, Ne-yo y Stevie Wonder.
Unico hijo de madre soltera, creció en Stratfort, Notario (Candá) y, tras consagrarse en la competencia Stratford Idol, con tan sólo 12 años, el repentino éxito en YouTube, donde alcanzó las 10.000 visitas en la primera semana, lo catapultó a la fama.
Con una voz prodigiosa, Justin supo demostrar su virtuosismo como músico con un sorprendente manejo de la percusión, el piano, la guitarra y la trompeta.
Tanto talento a una edad tan temprana, le valió una fama precoz. En 2008, a los 14, estaba firmando su primer contrato para grabar un disco. Se llamó My World, y su principal hit, "One time", batió los records de todos los rankings estadounidenses y a principios de este año, llegó al puesto número 17 de la lista "hot 100" de Billboard.
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